dimarts, 3 d’abril del 2018

2+2 = 5




Siempre digo que no valoramos la 'normalidad' hasta que la perdemos. El culpable puede ser un virus estomacal que me tiene fuera de combate desde ayer, o un imprevisto de cualquier tipo. Por eso hay que aprovechar y sacarle el máximo jugo a la 'normalidad'. Y vivirla como lo que es: algo excepcional y disfrutable. Es curioso también el poder que tiene la imaginación para hacer que algo no suceda como tenías previsto: imagina algo de una manera, y pasará justo lo contrario. Es increíble. Quizás tenga que ver con las energías que uno desprende a partir de sus propias experiencias. Vete a saber.

Pasarte demasiado tiempo en casa sin poder hacer gran cosa más que meterte en las redes sociales es peligroso y poco saludable para la higiene mental. Ver según qué cosas o leer según qué artículos provoca mala leche, impotencia e indignación extrema. Y sé que no debería hacerles caso e ignorarlos, o incluso reírme de su patetismo y sus fantasías para construir realidades paralelas. Pero no puedo reírme porqué son realmente peligrosos. El 90% de medios de comunicación estatales está construyendo un relato perverso y manipulador sobre una realidad que no existe, pero que ellos están inyectando en el imaginario colectivo de la gente que no vive en Catalunya y no tiene ni la más mínima idea de lo que en realidad sucede aquí. Un relato escrito desde el odio, la xenofobia y la intolerancia, y que cala en gente fácilmente manipulable (bien sea por poca cultura, o porque ya les está bien escuchar y asumir ese relato como si fuera real, y no cuestionarse así las propias miserias). Un relato de "violencia" (ahora está de moda hablar de 'kale borroka' catalana, tócate las narices...), "supremacismo", "odio", "nacionalismo", "golpistas", "intolerancia", "adoctrinamiento", y no sé cuántas gilipolleces más. Curiosamente, pseudoargumentos que suelen utilizar políticos o periodistas (lo sé, soy muy generoso llamándoles así) intolerantes, nacionalistas españolistas a rabiar, corruptos y que hablan o escriben desde el odio. Luego pasa lo que pasa: que conoces a unas chicas malagueñas que están unos días en Barcelona y te dicen que les ha sorprendido gratamente porque esperaban una ciudad con tumultos y donde las tratarían mal por ser de donde son. Capullos te puedes encontrar puntualmente en todos los lados, por supuesto, pero quien se piense que la gente aquí es así, no tiene ni puta idea del cuento. Y, evidentemente, también me da rabia encontrarme puntualmente con gente de aquí que pueda pensar algo parecido de los españoles. El ser humano puede llegar a ser realmente patético cuando pierde el sentido crítico y el propio criterio.

Todo lo que está pasando en Catalunya y en España no deja de ser un reflejo de una realidad global perversa y terrible. Nos vamos cada vez más a pasos acelerados hacia una realidad orwelliana. Una sociedad de control absoluto de unas clases elitistas hacia las clases populares, donde la brecha entre unos y otros es cada vez más grande, y donde el más mínimo intento de rebelión y de levantarse contra las injusticias es reprimido con virulencia institucional, estatal, policial y/o económica. Ya no es sólo lo que pasa aquí con Catalunya, con los vecinos de Murcia que protestan por el AVE, con los manteros de Lavapies... en un país encharcado por la corrupción y que mete en prisión a activistas pacíficos mientras neonazis siguen en la calle, la Fundación Francisco Franco es legal, el ladrón de M.Rajoy sigue siendo presidente del Gobierno o la cucaracha miserable de Felipe VI sigue viviendo a costa de todos nosotros. Es también lo del mundo al revés con el barco de Proactiva Open Arms, donde sus tripulantes son tratados como criminales por salvar vidas humanas mientras la abominable Europa sigue dejando que el Mediterráneo sea una tumba acuática de migrantes y refugiados. O la matanza indiscriminada de palestinos indefensos en manos del Estado Criminal de Israel. O ciudadanos estadounidenses negros asesinados por policías racistas. O Turquía. O Rusia. O Corea... el mundo es un sitio deplorable, hostil, inhumano y superficial, donde la verdad o las injusticias no importan una mierda y sólo valen los circos exhibicionistas y las fake news. La opinión pública está cada vez más polarizada, y las redes sociales te dan una falsa percepción de gente afín a tus ideas, como si esa corriente de pensamiento fuera algo generalizado. Los mensajes oficiales son cada vez más simplistas, populistas y demagogos, y casi no hay espacio para los matices, los argumentos o los cuestionamientos. No pienses; limítate a escuchar la realidad que yo te vendo como si fuera real, y no te esfuerces en cuestionarla o en preguntarte el por qué de las cosas. Da miedo...

Y con todo este panorama, la gente está cada vez más perdida y alienada, y yo el primero. Podría contar mis amigos reales con los dedos de una mano, y me sobrarían dedos. Podría estarme días sin salir de casa, y nadie se daría cuenta. Podría pensar en gente que dice que hará una cosa y luego la cumple... y no sería capaz de encontrar a nadie así en mi vida real. Podría preguntarme cuando conseguiré no fallarme a mi mismo y no encontraría respuesta. Nos tienen perfectamente dispersos y entretenidos (¿os habéis preguntado alguna vez el por qué del auge de las series...? ¿Habéis pensado en la cantidad de tiempo invertido y en que no estáis pensando o cuestionando otras cosas...? ídem de ídem para las redes sociales, por supuesto, donde además regalamos un montón de información personal). La sociedad exhibicionista y voyeur. La sociedad del circo. La sociedad de la deshumanización. La sociedad de la mala leche y el insulto fácil. La sociedad de la insatisfacción permanente. La sociedad está enferma.





4 comentaris:

ardid ha dit...

Vaya...menuda bofetada de realidad. Coincidimos en bastantes puntos, curioso que en esta SS he estado reflexionando mucho sobre la sociedad y el grado de deshumanización al que estamos llegando. En mi círculo más íntimo incluso, noto cómo vamos cambiando para mirarnos más el ombligo...a veces me sorprendo a mí también. Pero está bien que entre capítulo y capítulo aún haya algo de luz y nos paremos a reflexionar! Ojalá se hiciera más a menudo...Un saludo!

dEsoRdeN ha dit...

Es que es muy bestia, ardid. Yo lo noto un montón, y no creo que sea sólo cosa de la edad o de tener mayor conciencia de según qué cosas o comportamientos (propios y ajenos). Yo siempre he sido profundamente individualista porque creo que la base de una sociedad saludable pasa por la suma de individuos autosuficientes, independientes y seguros de sí mismos. Pero una cosa es individualismo y otra muy distinta es egoísmo, falta de respeto o de empatía hacia los demás. Y me temo que vamos todos hacia ese camino, cada vez más aislados y solos, cuando tenemos más opciones que nunca de relacionarnos y de conocer a más gente. Me parece francamente preocupante.

Yo sigo necesitando y adorando el mundo de los blogs, precisamente porque tienen la pausa y el espacio para la reflexión que no tienen las redes sociales, donde todo es inminencia y ruido.

Salut!

ALOMA69 ha dit...

Soy plenamente consciente de la adicción y del escapismo que representan las series.

Aquí has contado magistralmente lo que está sucediendo y me alegro que quede gente aún capaz de enfrentarse a la realidad, yo he tirado la toalla, me refugio en las series y me aplico lo del AISLAMIENTO ES UN DON.

Saludos!

dEsoRdeN ha dit...

La realidad está como para tirar toalla, alfombra y juego de cama, Aloma69. Me da terror y vómito a partes iguales

Salut!