dissabte, 23 de desembre del 2017

cOMiCioS y eStRoPiCioS




Ha ganado un partido de derechas extremadamente nacionalista españolista y populista. La derecha, así en general, tiene más votos que la izquierda. El independentismo sigue subiendo comicio tras comicio, y vuelve a ser mayoría parlamentaria en votos y escaños, superando ya los 2 millones. Curiosamente, cifra ligeramente superior a las del referéndum del 1 de octubre en que quisieron vender mentiras como que la gente votaba 4 veces y no sé cuántas cosas más. En porcentaje de votos, todo sigue muy a la par, como no podía ser de otra manera. Pero con un 82% de participación (la mejor cifra de todas), por fin tenemos números aproximados de la realidad social ahora mismo. El gran hostión se lo ha pegado el PP, confirmando plenamente su total fracaso en la gestión del conflicto, y sus pésimas decisiones trayendo la violencia a mi tierra en forma de energúmenos con porra y fulminando ilegítimamente con la atrocidad del artículo 155 ese Parlament que habíamos elegido democráticamente 2 años atrás. Que gobierne en España y sea la fuerza menos votada en Catalunya y casi se haya quedado fuera del Parlament es otro síntoma más de la desconexión. Y el mal llamado 'voto útil' ha hecho que todo se haya concentrado en los 3 grandes partidos que se agrupaban en un extremo y el otro, en perjuicio de otros mucho más coherentes y que han hecho una campaña que merecía mejores resultados. Pero vaya, independentista, de derechas y fragmentada casi a la par. Así de rara es hoy en día diSoRdErLand. Una realidad realmente agridulce que mucho me temo se va a instalar en este bucle de inestabilidad y conflicto hasta que exista un gobierno valiente y democrático en España que se atreva a negociar un referéndum pactado y vinculante. Y no será mañana ni pasado. Lo cual tampoco me parece mal del todo. La hipotética futura república sigue necesitando tiempo para respirar, madurar, prepararla de verdad y sin falsedades, y explicarla con transparencia y todos los detalles y matices. Esa es también la única manera de seguir convenciendo a más gente y ganar esa mayoría social clara que ahora no existe. Todavía. El camino para mi es claro: por la izquierda social. Veremos si eso es posible o utópico...

El primer párrafo me lo podría aplicar en cierta manera a mi vida personal. También inestable. También incierta. También conflictiva. También de difícil solución. Tras la tormenta, ha llegado una cierta calma. Anoche comentamos la jornada electoral por whatsapp y hoy nos hemos visto en el trabajo. Y me ha hecho un regalo navideño completamente inesperado. Una cosa que habíamos hablado tiempo atrás y que ya casi ni recordaba. Pero ella sí se ha acordado. Detalles de los que me llegan al alma y que marcan la diferencia. Aunque seguramente no signifiquen más de lo que me gustaría. Pero sí un valor añadido en nuestra historia de complicidades y cercanías. Me ha hecho feliz con un simple gesto, y al salir he empezado a escribir whats pendientes a gente, y me han venido ganas de salir y hacer cosas. Un pequeño detalle puede cambiarte el día, y a veces parecemos burros de no verlo y no contribuir a ello. No cambia nada en esencia, pero para mi tiene mucho significado. Y contrasta para bien con su predecesora. Y quizás me ayude a valorar lo que tenemos, aunque no sea exactamente lo que yo quiero. Las relaciones evolucionan y cambian, que sé yo. Y aunque no sea muy optimista en este caso, siempre será mucho mejor esto que la nada total. Sea como punto intermedio para aspirar a más, o una nueva estación que marca el camino recorrido ya. Quizás algún día aprenderé a disfrutar del camino sin obsesionarme con el destino final deseado. Pero es que yo deseo muy fuerte...