dilluns, 18 de gener del 2016

aLL ToMOrRoW pARtieS



Han sido casi 2 meses de preparativos, reuniones, ideas más o menos alocadas, e iniciativas creativas de diseño DIY. El proyecto inicial cambió de fecha, de lugar, y de manera de vestirlo. El trabajo a 4 acabó siendo casi de 2 y medio tirando a 3, siendo generosos. Y admito que he tomado iniciativas por libre cuando veía que la cosa se empantanaba. Y me he sorprendido a mi mismo defendiendo cosas con convicción y persuasión cuando veía que mi opción era la más adecuada de aquí a Lima. Debe ser cosa de la edad. La última semana fue un puto estrés, que se juntó con otras cosas estresantes de curro y salud familiar. El estrés duró hasta el último minuto, porqué casi nos pilla el toro en cosas varias, y de hecho, nos pilló y nos quedamos sin algunos de los elementos básicos previstos. Pero al final, a base de esfuerzos, imaginación, ilusión y horas, nos acabó saliendo una fiesta bastante redondita. Mis sufrimientos porqué la gente acabara contenta y no sintiera que estaban pagando más de lo que era sensato no se hicieron realidad, y la verdad es que todo fueron felicitaciones, sonrisas y euforias etílicas en una noche para recordar. Y la sensación de haber ganado otra familia. De esas que nunca se sabe cuánto durarán, y que seguramente tendrán fecha de caducidad en el 90% de los casos, sin que eso tenga por qué significar necesariamente algo malo. Todo empieza y todo acaba, y creo que es más sensato e inteligente asumirlo y vivirlo con la intensidad que se merece en el momento que sucede, que no quedarse lamentando que no dure más o no vaya a volver. Nuevas caras y caretas, y puertas abiertas a historias por venir, mezclándose con algunas que han pasado ya. La inmensa satisfacción y felicidad por plantarte en una esquina, mirar a la sala llena y ver que decenas de personas se han juntado y lo están pasando bien gracias a todo lo que habéis liado tú y tus cómplices de fechorías. Lo que era nada, ahora es eso que tienes delante de tu retina. Una de mis actividades preferidas es mirar la realidad, coger ingredientes de mi entorno, mezclarlo con anarquía e imaginación, y pasar de la hoja en blanco a un algo creativo y descontrolado; y ver qué pasa. Como cuando jugábamos de pequeños al Quimicefa, o cuando me metía en la cocina y empezaba a mezclar productos aleatoriamente, a ver qué sucedía. Pero con personas. Y con alcohol y/o música, que es lo que acaba quitando las caretas. Descontrol, fuera escudos, dentro instintos. Mierda pa'l cerebro, y adelante el deseo. Quizás porqué estaba demasiado pendiente de unos y otras, y de que todo saliera bien, no pude centrarme demasiado en los míos. Que haberlos húbolos. Pero ya con todo pasado, he empezado a mover fichas, para ver cómo se mueve la partida. Que últimamente parece que vuelvan a pasar cosas, y eso siempre será positivo en el océano de rutinas. Me gusta volver a sacar a pasear al diablillo pícaro, y al tunante de palique inacabable. Cuando más me gusto es cuando menos pienso. Y está claro que la mejor táctica es siempre pensar menos y hacer más. Y encima la fiesta acabó con 'Starman', y un gran abrazo colectivo de comunidad y nostalgia empática...



PD: y éste también fue otro gran momento de muchos...