dimecres, 29 de juliol del 2015

bAcK tO bLaCk



Ha bajado la temperatura, pero yo estoy ardiendo. De vida, digo. La resaca va desapareciendo, y no puedo dejar de escuchar a la Winehouse. Ayer Amy me hizo llorar. De aquellas lagrimitas clandestinas, en la oscuridad de una sala de cine, y por una historia que ya conocía pero que no deja de conmover. Todavía recuerdo perfectamente aquella fatídica tarde de sábado como si fuera ayer. Rodearte de las personas inadecuadas puede ser fatal cuando tienes alma vulnerable. Creo que al menos en ese sentido he tenido suerte, a pesar de mis propias trastadas que me gustaría ser capaz de controlar. Lo estaba haciendo bastante bien, a pesar de un par de deslices recientes. La de ayer fue una noche divertida. De esas que van girando conforme aparecen nuevos personajes que pintan de colores la oscuridad. En el Cassette pusieron la deliciosa versión de Yo La Tengo del 'Friday I'm In Love' y la noche cobró otro color...


Acabo de caer que una vez estuve con una enfermera rubia que trabajaba en el mismo sitio que la chica de anoche. Y debía tener la misma edad, por el tiempo que hace. Caprichos del Apolo. Deja Vús en bucle. Gin-tonics con pajita, y whiskys con cola bebidos demasiado rápido. Tres chicos y dos chicas, y una sala a reventar. Semioscuridad en tonos rojizos y difuminados, y bailes sin zona de ventilación. Una camisa sin planchar, y una barbita sin afeitar. Una chica divertida, y la naturalidad de edades con todo por hacer, si es que hay alguna en la que ya esté todo hecho. Se va un chico, y quedan dos para dos. La ilógica imperfección aritmética de la relaciones no entiende de matemáticas, pero sí de emociones y deseos. Mensajes de más, como todo lo que viene después de una despedida a según qué horas. Enviarlo todo a la basura, y esperar. Las sombras dan paso al día, y quizás sería hora de ir a dormir. O quizás sería hora de despertar, según se mire...




divendres, 24 de juliol del 2015

sCaNdinAViaN nO-LoVe




Poco más de un día para que se acaben las vacaciones. Calor infernal. Incluso hasta para mi es excesivo. Vuelvo de casa de mis padres, donde he estado chafardeando entre las cajas de diapositivas antiguas. Sí, últimamente me ha dado mucho por mirar atrás, y recontactar con gente a la que quiero aunque lo disimule por el tiempo que hacía que no sabía nada de ellas (sí, me doy cuenta que hablo básicamente de chicas; las suelo echar más de menos a ellas que a ellos; debo ser un puto sexista discriminador del subgénero masculino). En el metro y por las calles hay ambientazo, mayoritariamente de guiris haciendo el guiri en la ciudad de los guiris haciendo el guiri. Me pongo cachondo. No me malinterpretéis (sí, ya sé que mis amigos me llaman Ministro de Asuntos Exteriores por mi tendencia a buscar el apareamiento con hembras venidas de fuera, pero si fueráis un tío y tuviérais que lidiar con cada estúpida engreída con aires de princesa que corren por aquí, entenderíais mi tendencia natural e instintiva a huír de tanta arpía local y buscar la espontaneidad foránea). Sea como sea, hablaba de ponerme cachondo de vida. De ver tanta vida ahí afuera que me dan ganas de colarme y mezclarme e interactuar con todas esas pequeñas historias de gente que vive a miles de kilómetros y el bendito azar me las ha puesto a mano, como un regalo por desenvolver para ver qué hay dentro. Es ESA misma excitación la que me hace llegar a casa y pensar que no es aquí donde quiero estar ahora mismo.

Me doy una ducha rápida, me da palo afeitarme y me dejo la barbita guarra de 4 días, estreno mi nuevo polo de pequeñas calaveras que me enamoró nada más verlo (con lo especialito que soy yo para la ropa, a no ser que se trate de camisetas de grupos de música...), y en plena madrugada, me vuelvo a ir. Bueno, antes me sirvo un whisky & cola en casa, que es buena compañía en estas improvisadas escapadas solitarias de madrugada, en búsqueda de hedonismo y diversión. Cualquier cosa que me sirva para escapar de la mediocre rutina de este mundo de imbéciles, egoístas, cretinos y gentuza exhibicionista que cuelga las fotos de sus vacaciones en facebook, como si a lo demás nos importara una mierda. Ser amigos de facebook no significa necesariamente ser AMIGOS de verdad (si es que eso existe), y mucha gente parece obstinada en no darse cuenta de ello (o quizás prefieren ignorarlo porqué no son capaces de asumirlo). Y un sitio donde me siento como en casa y donde me siento realmente FELIZ, ni que sea por unas horas de burbuja de realidad, es en el Sidecar. Sí, ya pueden pasar los años, y puedo tener épocas de ir más a un sitio o a otro, pero uno siempre acaba volviendo. Habrá días mejores y otros peores, pero en pocos sitios disfruto tanto con la música, el ambiente y los bailes como en el viejo Side (así le llamaba la A-Lombarda, y como soy un capullo que en el fondo sigue teniéndole estima por mucho comportamiento de loca inestable que me tocara sufrirle, a veces también le llamo así). Hoy con la entrada, aparte de la copa habitual, también te regalan un cocktail hawaiano, acorde con la fiesta que se celebra, así que empiezo por quitarme eso de encima por si es una mierda, y luego tapar el hipotético mal sabor con mi whisky & cola que me salvaguarda de todos los males etílicos (sin resaca, sin estómago revuelto, sin efecto helicóptero -a no ser que pierdas la noción del tiempo, el espacio y el cálculo de alcohol ingerido). El cocktail es bebible, pero tampoco lo apuro. Se nota que es julio, porqué hay más gente de la habitual entre semana, y se ven unas cuántas caras foráneas (bueno, eso tampoco es tan extraño). La segunda canción ya es el 'Drácula Ye-Yé', así que esto pinta bien. Me encanta emborracharme de canciones. No necesito haberme bebido el Nilo para sentirme 'borracho' si me ponen música que me pone el alma más dura que el palo de un semáforo. Me dejó ir enseguida, y me pongo a bailar con una sonrisa en los labios y mis pies haciendo extraños movimientos que provocarían esguinces de córnea a quien intentara seguirlos con la vista. Una vez el fotógrafo de la sala me dijo que le gustaba hacerme fotos porqué daba muy buen rollo, y admito que me gustó el elogio. Y no, no creo que me estuviera tirando los trastos.


Tras varios cambios estilísticos que me rompen un poco el ritmo, voy a la barra a pedirme un cubata. Me atiende la camarera morena. La otra lleva una camiseta de tirantes ceñidísima que le marca unas tetas que necesitarían de una ampliación de la sala para que pudieran respirar y desplegarse en toda su magnitud sin agobios. Vuelvo a la pista y me pongo a bailar discretamente en un lado, que es como empiezo siempre antes de sacar las alas a volar. Tengo cerca a 3 chicas con cara de locales, y me fijo en la más bajita. Su amiga más alta baila con ella y me rodean con ambos brazos. Me pongo a bailar primero con la más alta, y luego con la más bajita, pero el DJ corta la canción y, de paso, el rollo. La corriente natural del baile me lleva al lado de una de las rubias que es evidente que no son de aquí, así que pregunto directamente "where are you from?". "Finland", me dice con una sonrisa, y nos ponemos a hablar con una naturalidad por su parte que se me enamora el alma, que diría la folclórica del bigote (esa canción es suya, no? Ahora dudo...). La conversación da paso a la siguiente fase, donde me siento realmente cómodo y feliz: el baile. Y la jodía baila bien. Desenfadada, decidida, tomando también iniciativas... cada vez que nos decimos algo no hay espacio vital que valga, y los arrambamientos rozan lo obsceno. Me encanta, no hace falta decirlo. Mira que me molesta que invadan mi espacio vital cuando voy por la calle, o en el metro, o en cualquier tipo de espacio público. Siempre tengo la sensación de que soy invisible a ojos de los cretinos. Siempre acaban acercándose a centímetros de mi, de mis pies, de mi nariz... en situaciones que ponen a prueba mi capacidad de autocontrol batallando con mis deseos cruentos de reventarles su cuerpo invasor con el primer objeto contundente que tenga a mano: un paraguas puntiagudo, una maleta, un carrito de bebé con niño incluído... pero en esta ocasión, me encanta que La Chica Venida del Hielo se mee en nuestras fronteras carnales.

Tras una hora de charla, risas, bailes, invitaciones a Helsinki y copas compartidas, de cantarle 'Are You Gonna Be My Girl?' tocándonos nariz con nariz, y de morderle literalmente el cuello sin reprobación alguna, se va un momento al baño. Y surgida de la nada, en un rápido movimiento depredador, reaparece la española del principio (la más alta). Me coge para bailar nuevamente, y se me lleva a un lado, mirándome fijamente, en una clara danza de la seducción propia de una Viuda Negra. Mecagontodosmismuertos. Hay días que sales con la idea clarísima de buscar sexo, te afeitas, te arreglas y disimulas todo lo que puedes tu dEsoRdeNada estética desgastada por los años, y no pillas ni p'atrás. Y hoy que has salido con menos aspiraciones, desaliñado, y con la simple idea de diversión y huída de la realidad que se te viene encima, te debates entre dos opciones claras y apetecibles. Yo, gilipollas de mi, tengo un microdebate interno de 1 segundo tras un conato de lanzarme a la boca de la Viuda Negra, y opto por la coherencia y la honestidad: he estado una hora trabajándome a La Chica Venida del Hielo, y la voy a esperar donde le he dicho, para rematar la faena, por muy tentadora que sea la otra opción. Craso error, visto lo que se verá después...

Y es que, cuando uno lo pasa bien, el tiempo vuela, y al poco de volver mi escandinava, las luces se encienden y la música se apaga. Se reagrupa con sus amigos, salimos todos, y cuando estamos ella y yo en la puerta, a una de sus amigas que llevaba cara de rallada en el interior, le da un ataque neurótico de berrinche infantil por razones que desconozco. La Chica Venida del Hielo se va detrás de ella (si es que es hasta buena amiga! Cómo queréis que no me microenamore de ella esta noche?) y se ponen a hablar, con evidentes muestras de tensión por parte de la neurótica Perra de La Hortelana. Yo no entiendo nada, y cuando se largan a paso rápido a una de las calles que va a dar a la plaza, me voy detrás de ellas, como reclamando instintivamente derecho de pernada. Bueno, básicamente lo que quiero es que la puta loca de la amiga no nos joda la noche tan jodidamente genial que estábamos pasando hasta ahora. Y más teniendo en cuenta que es la última noche en diSoRdErLand de La Chica Venida del Hielo, y de aquí a unas horas dormirá a escasos 3.500 kilómetros de mi cama, que es donde quiero que duerma (o no sólo eso) esta noche. Tras una persecución de un par de calles propia de una peli de San Francisco pero en vez de con coches dando botes, derrapando a pie, la llamo. Se frena, se gira, viene hasta mi, y me dice: "I'm sorry; it's a difficult situation. I've had a wonderful night". Me mira con cara apenada, me abraza, y puede que hasta incluso me dé un beso fugaz que ya ni siento, de la explosiva mezcla de incomprensión, descoloque y rabia, tremenda rabia que siento hacia la zorra de su amiga que nos acaba de chafar el plan. MI escandinava se va corriendo tras ella, y yo me quedo allí plantado, con cara de gilipollas, sin escandinava, sin número de teléfono, sin contacto de facebook, sin viaje a Helsinki con ella de pornoguía... sin nada de nada. Vuelvo hacia la plaza, y para más inri, me cruzo con la Viuda Negra, que se va junto a un barbotas modernito. Me ve, se para, nos decimos algo, me hace el gesto de 'give me five', y nos deseamos buenas noches. Buenas noches su puta madre, porqué me voy a casa con una mala hostia y una sensación de boicot universal y de "por qué cojones siempre me tienen que pasar estas cosas a mi?". Es lo que tiene el dEsoRdeN, supongo. Y cuando me pasan cosas dEsoRdeNadamente positivas no me quejo, también es verdad. Al final, otra Historia Que Pudo Ser Maravillosa Y No Fue para la colección.  Pero la semana que viene vuelvo al lugar del crimen a quitarme la espinita...


PD: Una de la madrugada. Todavía medio muerto de anoche. Mañana vuelvo a currar tras las vacaciones. Y recibo un mensaje tentador para salir a hacer el mal. A la misma plaza de ayer. A veces es taaaaaaaannnnn duro ser dEsoRdeNado...


dimarts, 21 de juliol del 2015

dEsVaRíOs 76



@desorrden

Toc-toc, toc-toc; el caparazón no suena a hueco, porqué hay mucho ahí escondido. O más bien, acumulado. Miedos y prudencias mal entendidas. Don't let me be misunderstood. Let it be, let it go. Creo que mañana me iré a la playa. Objetivo, seguir de vacaciones, a 3 días de que se acaben. O de que tengan paréntesis de 3 días, seamos positivos. Ya queda menos para Festes. El jueves tocan los Excitements. Este año molaría cambiar algo. He empezado por renovar el armario, como hubiera podido empezar por cortarme el pelo, si no fuera rapado. Quizás podría empezar clases de guitarra, si no fuera porqué no soporto las clases y sí adoro el autoaprendizaje. Soy experto en eso de darme hostias, y al final no es que ya no duelan, pero es que ya casi ni importa. Poco importa, porqué poco es realmente importante. Ni tú ni yo lo somos, por mucho que a veces nos lo creamos, antes de volver a creernos que somos mierda, que tampoco. El ser humano cree demasiado y hace poco. De hecho, cree demasiado para lo poco que hace. El mundo tiene overbooking de charlatanes, y carencia de valientes. Sobran palabras y faltan demostraciones. Pero demostraciones de verdad, no de las que se hacen desde el sofá, la barra del bar, o tras las cobardes trincheras de una pantalla LED. Uy, sí, qué valientes y súperguachis somos todos resguardados ahí detrás, donde ni tan siquiera se nos ve el pañal ni se nos huele la diarrea. De qué color es la vuestra? La mía depende del daltónico que la mire. Caminando por la calle pensaba que molaría ir haciendo tackles a los yonkis del móvil, y reír mientras caen al suelo como zombies que son. Hay veces que molaría ser malo, porqué hay quien parece que lo pida a gritos: "sé malo conmigo! Sé malo conmigo!". La maldad con quien la merece merecería ser considerada bondad. Al fin y al cabo, todo es tan relativo que es dos veces lativo. Y como dice Ses, en una de las frases más brillantes que recuerdo últimamente, dos no discuten si uno desaparece en extrañas circunstancias...



dilluns, 20 de juliol del 2015

dAMe dROgAíNa; DamE CoSa fiNa...




Escuchando en Radio 3 el concierto de los Crocodiles en Benicassim. Lejos quedan aquellos años en que iba, año sí año no, a ver los conciertos del festival en el campo de fútbol o el velódromo del pueblo, y nos caían tormentas que inundaban el camping y estaban a punto de matar a los Urusei Yatsura tras caérseles encima todo el set de luces de la parte superior del escenario. Batallas de abuelo dEsoRdeNado, capítulo 3.872. He perdido el cable para pasar datos del móvil al ordenador, se me ha acabado el espacio del disco duro externo, el portátil me dice que ya casi no tengo espacio en la memoria (y va como el culo), la disquetera sigue bloqueada hace meses y me dicen que sólo el presupuesto ya me costaría 30 eurazos (no quiero ni imaginarme la reparación...), y ayer me dejé puesto sin darme cuenta el aire acondicionado, con las ventanas abiertas, durante las 13 horitas que estuve fuera de casa para ir a una boda. Estos serían, a grandes rasgos, mis últimos desastres tecnológicos. Los nuevos vecinos tienen un par de niñas a las que les gusta bañarse en la piscina hinchable que se han comprado (dan ganas de tirarse desde el balcón, con este calor), y también jugar... al voleibol, tirando la pelota contra la pared y haciendo un ruido de tres pares de cojones. Por suerte, hoy creo que han captado la idea de mi mensaje cuando he soltado instintivamente por la ventana un "vale ya con la puta pelota!", porqué al instante ha dejado de sonar. Hablando se entiende la gente, no hay duda. El otro día en el metro me imaginé avanzando unos pasos y aplastándole la cabeza contra el suelo a una pija insoportable que hablaba a gritos con dos seres de su especie. Suerte de esta bendita imaginación que sirve para saciar deseos instintivos ante el cretinismo incívico egoísta que nos rodea a todos. Hoy, en plena resaca bodil (tampoco gran cosa; digamos que fue una celebración light...), me he ido a ver 'The We And The I', del gran Michel Gondry. No es de sus pelis que más me ha gustado, pero tiene su punto, y dibuja parte de ese incivismo global en un contexto concreto...


...y sí, como decía, ayer fui de boda. Por suerte, no hay muchos de mis amigos que hayan caído en esta gilipollez social, pero en el último año me han tocado dos. El primer signo evidente del sinsentido de este protocolo social es hacer que la gente se tenga que disfrazar. Oye, que me parece muy bien que te creas que vas a atarte a otra persona de por vida, aún sabiendo que nada es para siempre y que el amor se esfuma más rápido que el sabor de un chicle barato. Pero desde el momento en que ya casi es obligatorio que te hagan vestir de una manera X, malo. Eso es pura imposición, vaya. Y, peor aún, la gente acaba pasando por eso por puro compromiso. Imaginaos ayer, en plena ola de calor con 40 grados a la sombra, más de un centenar de personas sudando como cerdos y al borde de la lipotimia. Me juego lo que queráis a que todos ellos habrían preferido estar en bañador y chanclas en ese momento. Yo me había traído una americana (LA americana, vaya, porqué no tengo otra) que me compré hace 1000 años en rebajas por si acaso algún día me hacía falta para algo, negra y con un dibujo blanco en la espalda (según Colega Malafolla, es americana de Hell's Angels), convenientemente decorada con una chapa con un radiocassete de colores. Y la llevé todo el rato en la mano, salvo para alguna que otra foto de grupo. Pero la mayoría de gente aguantaba estoicamente, con cara de pollo restreñido, con la americana puesta y, ojo al próximo punto de atención, las corbatas. Ah, esa maléfica prenda de vestir, símbolo inequívoco de la Gran Mentira y del culto a la sociedad de las asquerosas e hipócritas apariencias. No hace falta que preguntéis, porqué evidentemente yo no llevaba. Básicamente, porqué ni tengo, ni me he puesto una en mi vida. Y cuando digo "ni me he puesto una en mi vida", lo podéis leer literalmente: 0 veces. Ni tan siquiera en broma, ni para carnaval, ni para bodas, bautizos, comuniones, funerales o declaraciones de la renta. 0 veces significa 0 veces. La camisa negra por fuera, porqué me veo ridículo con la ropa por dentro del pantalón, y poco faltó para que estrenara un polo de calaveras que me había comprado el día anterior en la rebajas (sí, yo sólo compro en rebajas; a no ser que algo me haga falta urgentemente, que es casi nunca). Tengo que admitir que los pantalones chinos (por qué narices se les laman así?) que me compré también el día anterior en las rebajas son cómodos y, dentro de todo, relativamente fresquitos. Ahora ya tengo otro tipo de pantalón largo aparte de los tejanos y el impermeable para la lluvia; no hay boda que por bien no venga.

Con los kg de maquillaje que llevaban todas las invitadas se podría pintar la Capilla Sixtina, y se podría alzar un zeppelin y enviarlo a la luna con sus egos hinchados de princesas frustradas (bueno, en este caso no de todas, pero había cada una que era para bajarle los humos con un poco de lejía en la copa de cava). Los camareros llevaban una mala hostia que ni una comida entre la familia de Florentino Pérez y la de Iker Casillas (supongo que con algo de razón). A lo del negocio de los regalos (pasta, vaya), no le encuentro ninguna diferencia con lo del impuesto revolucionario. Por suerte, en nuestro grupo de amigos tenemos unos valores innegociables; y uno de ellos es el hijoputismo faltón. Les regalamos una gran y pesada caja con 10 kg de garbanzos, y en 3 de ellos (3 garbanzos, no 3 kg), había escritos 3 números (en tinta invisible, claro, de esa que sólo se puede ver iluminándola con un tipo de linterna especial), que correspondían a la combinación de otra caja cerrada a cal y canto (3 números aleatorios que tendrán que ordenar, por supuesto, entre las 1000 opciones posibles, del 000 al 999). Pero ojo, en la segunda caja tampoco está la pasta, eh? Las cosas hay que hacerlas bien: en esa segunda caja había una grabación de un programa de radio infumable de 3 horas; y, en 4 momentos concretos de ese programa, había insertada una voz con 3 números más de otra contraseña y el nombre de una persona del grupo, que es la que guarda una tercera y definitiva caja, en la que sí que está toda la pasta que se llevarán los novios si superan antes del año 2097 todas estas pruebas e incógnitas. Qué bonita es la amistad, joder...


Y si guardo cierto resquemor que se pueda intuír en mis palabras es, claro está, por el punto clave de toda la boda. Y es que la verdadera tragedia greco-romana de la velada fue la música. En las 11 horas que estuvimos allí aproximadamente, entre ceremonia, pica-pica, cena y baile, sonaron, que yo recuerde, 2 canciones que salvaría de una enorme pira de infamias sonoras: el 'My Generation' de los Who, y 'Al Amanecer' de Los Fresones Rebeldes (y no es porqué tenga una amiga que cantaba con ellos). La sobredosis de pachanga, vómitos comerciales, diría que algo de salsa, y hasta tecno chungo, me provocó tal urticaria que los colegas se me acercaban para darme el pésame; y otros me enviaban miradas de complicidad desde la mesa de al lado, mientras yo cogía el cuchillo dispuesto a cortarme las venas. Si alguna vez queréis torturarme por algo malo que os haga, no encontraréis mejor manera que poniéndome música de mierda. Ahí es donde encontraréis mi cara más nazi en la vida. No hace falta decir que hoy he dedicado la jornada a un concienzudo proceso de desintoxicación que dura todavía a estas horas. Aaaaagggghhhh, dame metadona sonora, por favorrrrrrrr...





dissabte, 18 de juliol del 2015

dO WidZeNiA



Lluvia y sol; gris y naranja; frío y calor; moderna y antigua; oriental y occidental; ariscos y acogedores; lejana, pero cercana... Polonia es contradictoria, supongo que por su convulsa historia. Pero a la vez es encantadora. A veces podrías sentirte en Rusia; a veces, en Alemania; a veces en República Checa; o incluso en Croacia... pero esto es Polonia; el país donde tienen palabras de 12 letras con una única vocal; allí donde es imposible encontrar vocablo que no tenga al menos una Z, Y, W, K, o Z, cuando no van combinadas entre sí. Allí donde el 90% de la gente es rubia y, supongo que por el exotismo de lo distinto, un alto porcentaje de las chicas son terriblemente guapas. El país donde el tamaño de la cerveza es XXL, y donde todo es increíblemente barato para los que venimos de donde venimos. Y no porqué sea peor, ni tengan peores infraestructuras, ni servicios, ni milongas por el estilo. No tiene nada que envidiarnos. Todo es barato porqué no está artificialmente inflado de precio por los Hombres Grises que dominan la Gran Mentira. Tren de Varsovia a Cracovia equivalente a un Euromed de Barcelona a Valencia, en billete de 1ª clase? 69 Zlotis (=17 euros). Una cena de dos platos y bebida en un sitio elegante y con comida exquisita? 12 euros. Billete de autobús (ida y vuelta) de Cracovia a Auschwitz (hora y media de viaje) + visita guiada de 3 horas a los campos de concentración? 12 euros... y podría seguir así durante horas.

Los Stare Miasto de Warszawa y Kraków son realmente bonitos. La primera conserva más aire de ciudad comunista featuring los 'encantos' de la civilización occidental, y la segunda tiene más variedad y puntos de interés, para mi gusto. Si viviera alguna vez allí (que por clima dudo que fuera a aceptarlo), sin duda me pillaría piso en el antiguo barrio judío de Cracovia, el Kazimierz, con esa mezcla de calles antiguas y estrechas y locales, tiendas, bares, restaurantes y pubs modernos y de aire hipster y vintage. Me faltó encontrar abierto el B-Side, donde poder bailar algo de indie. El estadio Norotwy de Varsovia es espectacular (allí donde el Sevilla ganó este año la Europa League), y el del Wisla Cracovia es más bombonera. Ania, Agnieszka, Basia o Luca fueron amigables y generosos, abriéndome las puertas de sus casas, y la primera experiencia Airbnb fue francamente buena (bueno, de hecho, segunda, porqué en Menorca La Nena pilló el apartamento por esta misma web). Le hice caso y fui a las minas de sal de Wielizcka (sorprendentes), donde bajamos a 135 metros bajo tierra (más de 800 escalones); no me importaría tener en mi casa los jardines del Palacio de Wilanow; y, por supuesto, la visita a Auschwitz-Birkenau es completamente imprescindible.

Supongo que todos tenemos tan presente el nazismo por películas y 1000 historias leídas o escuchadas que estamos en cierta manera vacunados contra el horror que verdaderamente esconde. Pero ver delante de tus morros el escenario de toda aquella barbarie, las macabras cámaras de gas y crematorios (los que no fueron destruídos por los nazis para borrar las pruebas de todo lo que allí perpetraron), o los objetos o cabellos del casi millón y medio de personas que allí murieron, hace que se te despierten los sentidos, y tomes conciencia de lo que pasó allí hace tan sólo 70 años. Hay tantísima gente que debería hacer esta visita para callar su puta boca de una vez y dejar de hacer comparaciones de terrible gusto y total falta de rigor histórica (y de respeto...). Nuestro guía, Michal, parecía no haber sonreído en la vida mientras explicaba aquellas terribles historias, y le metió un buen palo a colaboradores del nazismo que hoy en día nos son tan cotidianos, como Bayern, Allianz, o Hugo Boss. E insistió que muchos, muchísimos responsables de todo aquello, quedaron impunes y siguieron viviendo tranquilamente (algunos, de hecho, siguen vivos), exiliados en Brasil, Argentina, etc. Vergüenzas de la historia de esa bestia llamada ser humano...


Hace justo 10 años, acababa de volver de Australia y me tocó irme a China por curro. Todo en 2 días de locura y mearme en el jet lag. Hasta entonces, no había salido de Europa. Me da vértigo pensar que ya ha pasado una década, pero a la vez, me gusta sentir que el gusanillo que despertó la lectura adolescente de mi libro preferido de todos los tiempos sigue vivo. En este viaje me ha acompañado otro libro de viajes alocados, 'Carsick' de mi adorado John Waters. Y aunque no me creo ni la mitad de las historias que cuenta, quizás ésa podría ser otra manera de seguir alimentando la adicción con un punto desorbitado de dEsoRdeN. Quién sabe; nos podemos encontrar de aquí a una década, y os cuento cómo me ha ido...







dimarts, 7 de juliol del 2015

tiRAn MáS LabiOs RoJOs y rAYadA CaMiSEtA qUe dOS cArRetAs



Aprovechar el tirón de unas pilas cargadas para procrastinar menos e interactuar más. Y para renovar algo mi vestuario, en plena etapa consumista de rebajas. Ir a cambiar una camisa a la que le faltaba un agujero de botón, y salir con dos más (además de la cambiada). Dónde habrá ido a parar ese agujero de botón? Existirán los agujeros negros de agujeros de botones? Que se te muera tu Tropicano tras 11 años, justo el día en que se baten récords de calor. A cuánto equivale un año de Tropicano en edad humana? Habrá sido culpa de la mierda ésa que nunca me acuerdo cómo se llama (no-sé-qué programado; lo que hacen los hijos de puta de los fabricantes para que sus aparatos duren sólo un tiempo determinado y limitado, y te lo tengas que cambiar cada ciertos años...). Bajar a por otro, y que te den la pésima noticia de que ya dejó de fabricarse hace un tiempo. Conformarte con un ventilador al uso, y comprobar la alerta roja: estanterías vacías, gente llevándose los de muestra, y unas colas que ríete tú de la FNAC el día del socio. Y todo el mundo comprando exclusivamente ventiladores. El mundo se acaba, pecadores! Confesad vuestros pecados e inventad otros nuevos para acabar vuestra miserable existencia! Quedar con L de Lesbiana para despedirnos, a 2 días de que se largue 6 meses a dar vueltas por el sudeste asiático y Oceanía y buscarse a sí misma. Que te llame I-Gafapasta justo cuando llegas al punto de encuentro, que está cerrado, y te diga que ha encontrado trabajo gracias a tu fiesta de cumpleaños y el contacto que hizo allí. Que llegue L de Lesbiana mientras hablas por teléfono, tremendamente sexy, con labios rojos y rayas negras horizontales sobre blanco. Poner fin atropelladamente a la conversación telefónica y centrarte en esos ojos miel. Que te explique que anda algo mareada por culpa de un capullo que sí pero no, y sentir que se te despierta el gusanillo justo en el momento más inoportuno. Cosas de ese arranque de atrevimiento que le maquilla sus habituales y poco atractivas dudas y fragilidades. Ya le he dicho que como vuelva y ese capullo no haya dado un paso adelante, y ella tampoco haya conocido a un surfero australiano que le haga quedarse en la otra punta del mundo, le tiro los trastos. Sí, 6 meses dan para mucho, y a saber cómo estaremos entonces. Seguir planificando la escapada polaca. Hacerte ultrafan de Airbnb. Estoy por alquilarme a mi mismo mi propia casa cuando vuelva, para quitarme el mono. Mi casa es un desastre de dEsoRdeN absoluto, pero eso es buena señal: el verano también sigue dEsoRdeNado, y ahí es donde quiero que esté...

dilluns, 6 de juliol del 2015

ChaRgiNg bAtTeRieS




Encuentro en el aeropuerto, como la primera vez, aunque cientos de kms más al noreste. El cuento ha cambiado, aunque en el fondo, los personajes seamos los mismos. Ponerse al día, y empezar la orgía de los pequeños placeres (o no tan pequeños, señor rodaballo...), y la dieta de la lagartija. Aún a costa de mi piel, delicada como su dueño. No llegamos a la piscina de horario infantil, así que habrá que bañarse por dentro. Caminata por la costa, mientras imaginamos cuál de esos chalets nos compraremos cuando nos toquen los Euromillones que al final ni echamos. Parecen invitarte a entrar, de tan fácil que aparenta ser el colarse a las piscinas sin dueño presente. Aquí hay láser encerrado. El crack del restaurante del puerto nos seduce con su savoir faire hostelero, y los platos de allí son otro orgasmo para los sentidos. Aunque haya guiris que se pidan hamburguesas o spaghetti boloñesa en un sitio así... Pons everywhere, y parece que es el más común en la isla, y que significa 'mar' (cosa lógica, claro...). A la vuelta, la luna se refleja en el mar en una noche preciosa, mientras nos adentramos por bosques donde podrían esconderse asesinos, violadores o simples ladrones haciendo el agosto en julio. Vamos a la cama, que hay que playear, aunque niñatos borrachos no paren de gritar...

Carretera y manta, o mejor toalla. La Nena no se fía de mis habilidades al volante, y quizás 6 años sin tocar un coche sean una buena razón. Vamos al norte, a bañarnos en agua y en barro, en playas sorprendentemente poco abarrotadas. Así, sí. Tostarse, bañarse, comer coco o sandía. Un valle de lágrimas, de tanto sufrimiento. El Via Crucis continúa con más especialidades culinarias de la isla, con sobrasada aquí y allí, y caldereta incluída. Espero que sintáis empatía y lástima por nosotros, pobrecicos del to. Siesta y baño en Cala Tirant, con el mar calmado en inversa proporción a algunos criajos allí presentes y sus sonoras madres. Si alguien tenía alguna duda, a la pregunta de si alguna vez seré padre, computer says NO. Hoy sí que pillamos piscina derrapando, y La Nena todavía tiene tiempo y ganas de pegarse tres cuartos de hora de correr. Ole tú. Preparo la hidratación posterior, con bebida isotónica de cebada y un poco de limón, que entra mejor. Bajamos al chiringuito de la playa, a coger fuerzas, y vuelvo a tener deja vus de aquellos primeros veranos de adolescencia tan emocionantes e intensos que tan bien reflejaba 'Héroes'. Molaba más cuando las hormonas no estaban domesticadas, es verdad, pero como bien dice La Nena, estos momentos los recordaremos cuando vuelva la asquerosa rutina de nuestras oficinas y esclavismos. Brindemos con Daiquiris, Piña colada, whisky o pomada. Deliciosa, verdad, darling...?

Dormimos del tirón, con aquella alegría del no hay reloj que valga. Hoy toca cruzarnos la isla, y tirar de tuppers. Agua, fuego, agua, fuego, y algunas medusas se quieren apuntar a la fiesta. Una señora inglesa se lo toma a risa cuando sale del agua con los tentáculos del bicho metidos en su pierna. Buena actitud. Por mucha crema factor 50 que me ponga, acabo chamuscado igual, de un rojo que combina a la perfección con las menorquinas que le regalo a La Nena. Se compra también unas felinas, y lo celebramos con cervecicas y pastitas en Maó. El encanto de las pequeñas cosas y los momentos grabados en mente. De camino a les Coves d'en Xoroi, nos encontramos con fiestas en Sant Climent, y ya tenemos destino nocturno, con salitre y arena todavía incorporados en modo lapa. La puesta de sol en el acantilado es preciosa, aunque haya algo de neblina. Me gusta como se le refleja el pelo en tono cálidamente anaranjado. Volvemos hacia la fiesta, entre tortuosos sonidos radiofónicos que prefiero no recordar. Mucho poli barbudo, pero... dónde están las rotondas cuando se las necesita? Aparcamiento silvestre, toda la comarca llegando, y una señora del pueblo nos cuenta que es la 'Party Love' que se hace desde 3 o 4 años atrás, y que este año el leit motiv es la estética pin-up. DJ Chicha es un personaje, y tiene una pluma que pegaría a la perfección en el desfile del orgullo que se hace a esas horas a centenares de kilómetros. Nos echamos unas risas y unos dancings, con aparición estelar del abuelo-robot, bailando en flirteo robótico con La Nena. Niños, padres, adolescentes, yayos... todo el mundo está allí y también nosotros, porqué es donde teníamos que estar. No puedo evitar mi pensamiento eterno hacia el azar, y cómo esta noche no sería posible sin toda la historia de casualidades que tenemos detrás. Y eso le da todavía más magia y valor. Noche de setas, pánico en el bungalow...

...todo lo bueno se acaba, pero esta vez me parece exageradamente rápido. Última tanda de cruzarse la isla escuchando en la radio hits que La Nena se sabe de pe a pa y a mi me suenan, pero no mucho. Naturalidad y desparpajo son cualidades imprescindibles para sentirme a gusto con alguien, y de eso La Nena va sobrada. Así da gusto, e incluso ha conseguido abrirme un poco el caparazón en el que suelo esconderme, aunque luego entre nostalgia sólo despedirnos. Nada que whatsapp o twitter no puedan solventar. Me siento tan bien que incluso no me da pereza buscarme el siguiente destino de este verano improvisado (como tantos otros...): próxima estación, Polonia...



dijous, 2 de juliol del 2015

mE Voy, Me vOy...





Hermanita, ven conmigo...