dimarts, 18 de novembre del 2014

wAKe uP




Bajo la luz de la estufa, todo está oscuro, hasta que tu maltrecha vista se acostumbra, y empieza a vislumbrar. Quizás sea una metáfora, o quizás no. Antes pensaba en cómo un pequeño detalle puede cambiar tu vida por completo. Por ejemplo, si hubiera sacado esas 3 décimas que me faltaron para entrar en la carrera que quería, no habría tenido que buscarme otra alternativa; y si no hubiera elegido la que elegí, nunca hubiera conocido a Hermano Ficticio R; y sin él, tampoco a tantas bandas fantásticas, conciertos inolvidables y otros que no tanto, libros estimulantes, películas que te marcan como a una res, o a segundas personas que también ayudaron a perfilar mi identidad actual. Todo, por 3 aleatorias décimas, o por las personas que se presentaron a ese mismo examen y dejaron la nota de corte en ese punto, y no 3 décimas más abajo. El efecto mariposa, y el poder del azar. La vida es una sucesión de coincidencias que van dibujándolo todo, o borrándolo. Y por mucha transcendencia que le queramos dar, no tiene ninguna. Yo siempre busco elementos para darle una cierta entidad a mi vida, pero en realidad es porqué sé que no la tiene. Comedia del absurdo. Lo único con sentido es buscar actividades o personas con las que pasar el rato de la manera más agradable o divertida. Todo lo demás no tiene importancia alguna. Mira a los protagonistas de la expo del World Press Photo y dime si tienes motivos para quejarte tan alto. Mira un documental de Jimmo y dime si hay excusas para no vivir tan fuerte. Lee un libro del tarado de Baltimore y dime si hay razón para no bucear en tus entrañas más retorcidas. Mírate al espejo y dime si no es suficiente privilegio verte reflejado como para no salir a comerte el mundo sin complejos ni vergüenzas...



5 comentaris:

Campanilla ha dit...

Será que me he levantado meditativa hoy, pero me he leido dos veces la entrada y sencillamente me ha encantado, la dulce coincidencia de las cosas en nuestras vidas.

Claro que merece la pena vivir la vida y comerte el mundo cada mañana, lo que a veces hay que poner más de nuestra parte.

Besitos!

dEsoRdeN ha dit...

lo celebro, Campanilla :) Eso es cierto, hay días que cuesta encontrar las fuerzas para salir a muerte a afrontar la vida.

caricias

Pio ha dit...

He pensado muchas veces en eso, en las pequeñas circunstancias que me han llevado a donde estoy ahora, porque aunque a veces tenga la sensación de arrepentimiento, todo ocurre por algo, tanto bueno como malo.

Por mucho que el día no merezca la pena, hay que hacerlo al menos interesante, y mira que en mi caso me cuesta mucho.
Siempre dando en el clavo :P

hiro ha dit...

Unes petites dècimes també van fer que no entrés a la primera carrera que tenia com a opció. Però amb els anys, o per un efecte d'autoengany (ves a saber), vaig acabar adonant-me que havia anat a parar a la carrera que necessitava.
És curiós com petits detalls poden canviar una vida.

Tinc pendent anar a veure el World Press Photo. Cada any hi vaig, encara que em deixa bastant feta pols.

dEsoRdeN ha dit...

Yo creo que arrepentirse es absurdo, Pío, y muy fácil a toro pasado. Veo más inteligente sacar un aprendizaje de nuestros propios (y múltiples) errores, de cara a futuras ocasiones

Jo amb el temps vaig celebrar no haver entrat a la carrera que volia només sortir de l'institut, hiro, perquè no li hauria tret tant de rèdit com quan la vaig acabar fent més tard. La tonteria m´s petita pot acabar canviant de rumb la nostra vida, és sensacional (la expo del WPPh és durilla, sí; però molt recomenable)