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Dicen que Sant Joan és la noche más mágica del año, pero yo hoy no le encuentro la magia por ningún lado. Me ha tocado currar y no he podido ir a ver a Portishead, tengo una maleta por hacer, y mañana me toca madrugar para viaje laboral a Yecla, ciudad del mueble. Habrá que ver cuánto dura el suplicio de los putos petardos, y si puedo dormir, ni que sea un ratillo. Al final no puedo recuperar mis días de fiesta acumulados porqué hay gente de vacaciones, y como no me los paguen, voy a montar un pollo tamaño XXL. Y encima España ha ganado, y cada día soporto menos la tontería que todo eso comporta, con la que está cayendo. La putada es que el miércoles, jugando contra el subnormal de Cristiano y el asesino de Pepe, quiero que pierdan los dos equipos. Me temo que eso no va a poder ser. Mi abuelo sigue en el hospital, y no puedo evitar pensar que los años pasan y, posiblemente, en un futuro próximo empezará a faltarme la gente que me quiero. Y me duele sólo de imaginarlo. En fin, que por ninguna razón o por todo, o porqué un halo de negatividad parece haberse instalado en mi cabeza últimamente, pero estoy un poco rallado esta noche...


...será cuestión de pensar que me queda una semana para pillar vacaciones. O que mañana por la noche he quedado en Alacant con una personita a la que me quiero mucho y con la que hace demasiado que no nos vemos. O que parece que mi continuidad en el curro pinta bien, aunque siga sin saber haciendo qué, con qué turno, ni en qué condiciones económicas a la baja (eso ya lo doy por hecho). En fin, será cuestión de superar esta última semanita y esperar que, por arte de magia, cambie la dinámica y el mundo vuelva a parecer un sitio digno en el que vivir...