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Ya casi huelo a vacaciones, y estaría bien poderlas hacer de uno mismo y todas las torpezas propias. Que son unas cuantas, de manera inevitable. Hace calor, pero me da pereza bajar a la playa. También me dan pereza las morenas con las que te cruzas varias miradas y luego se quedan calladas cuando las sacas a bailar. La gente me da pereza, en general. Que te llamen de Telefónica a las 8:30h de la mañana, y encima en sábado, es como para empezar a empatizar con ciertos dictadores bigotudos y querer invadir sus oficinas montado en un vigoroso corcel y a ritmo de las Walkirias de Wagner. Ha tenido suerte que todavía no me había metido a dormir, porqué si no, hubiera sido todavía más desagradable. ¿En qué momento de la historia el cerebro humano empezó esta involución que ha llegado a nuestros días? Me han salido algunos granitos, y desconozco el motivo. Ayer me rapé al 2, barba incluída, y se está mucho más fresquito. Además, me gusta pasarme la mano por el pelo recién rapado, con esa sensación de cepillo que da tanto gustito. Haciendo limpieza me han salido unas fotos del Azkena Rock 2003, y la verdad es que estaba guapete cuando tenía más pelo. Lástima que fuera un empanao de la vida (todavía más). ¿La belleza o la experiencia? La cuestión es que parece que no se puede tener todo a la vez. Qué vamos a hacerle. El motivo de la limpieza era encontrar el hipotético CD con los textos de 2007 del primer dEsoRdeN, pero no ha habido suerte. Empiezo a ver negro poderlos recuperar. Me da mucha rabia, pero lo asumo con resignación. Los peligros de la era digital. O haces copias de seguridad de todo, o se te puede ir al garete buena parte de tu memoria, formato jpg. Estaría bien poder hacer copia de seguridad de la vida, y poder utilizarla en caso de desenlace fatal. Como cuando la cagabas en los libros de 'Elige tu propia aventura' y rectificabas volviendo atrás, haciendo trampas. Y por mucho que parezca que la vida nos empuje a hacer trampas, no nos engañemos: somos tramposos por naturaleza. Esa es nuestra triste condición, por culpa de los malditos ideales utópicos y todas nuestras numerosas carencias...