oVeRthiNKiNg

Si de noche estoy más vivo, de noche y con una luna llena tan preciosa como la de hoy ya ni os cuento. Quizás me baje a dar un paseo nocturno por la ciudad, actividad que me encanta. A veces con el Ipod, y a veces dejando que sean los propios sonidos de la ciudad los que le pongan banda sonora al paseo. Mientras, cada vez estoy más obsesionado con el nuevo disco de Arcade Fire, que es de esos que al principio te parecen discretos, y luego te van calando poco a poco. Como la primera vez que les escuché; como la primera vez que me puse el cassete que me acababa de comprar del debut de Suede. No lo recuperé hasta años después, porqué no me gustó nada tras la primera escucha, necio de mi. Luego se convirtieron en una de las bandas de mi vida. Y os aseguro que eso tiene mérito. Hay veces en la vida en que uno no está preparado para afrontar según qué cosas, y les echamos la culpa de nuestro propio rechazo. Pobres humanos. Llevo días batallando contra mi mismo, mis contradicciones y mis pensamientos extraños. Recuperando sensaciones de la adolescencia, y flashes mentales algo tétricos. Quizás lo peor de las vacaciones sea tener demasiado tiempo libre para pensar. Ya me está bien, pero tiene sus efectos colaterales. Y mientras, van pasando por mi caprichosa mente ideas y destinos estivales que cambian constantemente, con el único denominador común del mar y mi única compañía. Un peligro habitual, y que paliaré con amigos en Gran Bretaña. Siempre y cuando me decida antes de que el calendario marque que tengo que volver a la esclavitud rutinaria...

Hoy me he sentido algo triste por notar la añoranza de los papis dEsoRdeNados hacia el que fue nuestro barrio de toda la vida. Yo sigo viviendo por aquí, pero ellos no, por culpa de un hijo de puta. Sí, ya sé que sin más señas es difícil identificarlo, por el overbooking, pero tampoco se merece más protagonismo en este texto. Sólo le doy las gracias por incrementar mi odio hacia todos los especuladores del planeta, y hacerme sentir todavía más alegría cada vez que escucho que alguno de ellos se ha hundido en la miseria por su propia avaricia. Que les den por culo a todos. Y que sientan todo el dolor del mundo. A todo esto, llevando cosas de mi casa a de mis padres, han salido por ahí libretas del cole de cuando yo tenía 8 añitos, y me sentía casi igual de frágil, disperso y desinteresado por ese mundo adulto tan superficial. Auténticos tesoros vitales que aumentan mi síndrome de Diógenes, pero que por motivos de espacio, le cedo a mi madre. Ella, claro, está encantada, y es la más eficiente de las guardianas de ese patrimonio familiar sentimental. Y mira que yo soy poquísimo de familias e historias de estas, pero mis padres son sagrados. Muchas veces pienso que ellos son los únicos que me han hecho sentir el verdadero sentido de la palabra 'amor'. Y entonces me siento eufórico y abatido por igual.

...aunque también me ha pasado por la cabeza poner ésta...